Vistas de página en total

miércoles, 11 de diciembre de 2013

Mandela a walk to remember

So all this hype on Mandela. Why? Is it because he fought for his people? maybe, but surely he is not the only one, actually there are many who might have done more work than him, arguably. Is it that he was a great lawyer , maybe but ofcourse not the best the world had ever seen. Is it beacuse he was the best orator, not exactly, we have Obama, Mugabe, and suprisingly Hitler is one of the best ever orators. Even in the ANC, there are lots who had a more slick tongue than him. So what is it that made Mandela special? I think this an important question that every sane person must ask. So that in a generation we wont have only one Mandela, but children will know what it is to be Mandela. I am one of those that believe that anything obvious must be questioned. I believe that is how the world has developed and progressed. Is it his great parenting skills and his stable mariages. Not even that . He himself often lamented that he had caused so much pain to his mariage and family because of the choices he made. Well, reconcilliation maybe?Well to a certain extend yes, but sure that cant be all, that makes a man this celebrated. He is not the only one who has offered reconcilliation but the way. So what makes him special? I want to suggest that yes its mainly reconcilliation, but even more than it. In the words of Abraham Lincoln, " nearly all many can stand advesrity, but if you want to test a man's character give him power". I think this is what sums up Mandela's greatness. Mandela was given absolute power and position to deal with his enemies, get back on life and say I spend 27 years in prison so I must do atleast 30 at the helm. Mandela was tasted with the sweeteness and addiction of power and he withstood the test that many greats have failed to withstand. That is what distinguishes him. Not the robben islands, but life after robben islands. life well lived Mandela.

viernes, 27 de enero de 2012

LA IDENTIDAD DEL PUEBLO LATINO!!!


1-INTRODUCCION:

Para escribir sobre la identidad social y nacional de América Latina, es preciso tener en cuenta que dicho subcontinente no es otra cosa que un recorte del mundo más amplio donde aquel está inscripto y del cual forma parte.

América Latina no es el mundo, es solamente un trozo de él, un espacio y un tiempo inserto en el mundo que gira dentro de las reglas astronómicas que regulan el movimiento de las galaxias. A los pueblos de América Latina y del Caribe les (nos) ha tocado en suerte ser uno de los espacios más desfavorecidos -al igual que el continente africano- en cuanto hace a la distribución de la miseria, con todo lo que ésta conllleva de peyorativo.

Humildemente entiendo que tanto el Mundo -como nuestro subcontinente- solamente podrá ser reconstruido, o se construirá de una manera diferente, o, en definitiva, se destruirá (1); no por las veleidades que pudiera tener un investigador social o de cualquier otra índole; sino que aquello sucederá -fundamentalmente- en relación directa con el protagonismo de sus pueblos (2), los que merced a su libre decisión -y a una sensible y talentosa conducción política (3)- determinarán sus destinos más allá de lo que se pueda definir desde éste paper.

Repitiendo al maestro M. Weber puedo decir que "El destino de una época de cultura que ha comido del árbol de la ciencia, consiste en tener que saber que podemos hallar el sentido del acaecer del mundo, no a partir del resultado de una investigación, por acabada que sea, sino siendo capaces de crearlo; que las cosmovisiones jamas pueden ser producto de un avance en el saber empírico, y que, por lo tanto los ideales supremos que nos mueven con la máxima fuerza se abren camino, en todas las épocas, solo en la lucha con otros ideales, los cuales son tan sagrados para otras personas como para nosotros los nuestros" (Weber, 1973, pág. 46).

Por ello, es conveniente tener presentes las palabras de A. Hirschman (1971) acerca de que las teorías del efecto perverso, que son las que sostienen que es necesario renunciar a cualquier proyecto de cambio social, dado que los intentos de mejorar la suerte de la sociedad producirán siempre, inevitablemente, algunos desenlaces contrarios a los deseados. Digo que es preciso tenerlas presentes para no renunciar a la lucha por mejorar la realidad, aunque esto sea hecho desde una visión particularísima, por temor a que aparezcan efectos no deseados. Y en este momento se renueva la lucha por conquistar la historia... aquellos serán combatidos, oportunamente, con los antídotos que para ese particular momento se crean convenientes y necesarios.

Si bien es cierto la palabra globalización hoy está convertida en un vocablo de moda dentro del espacio de los países del llamado Primer Mundo (4); es preciso tener presente que al término globalización suele considerárselo, más veces de las necesarias y prudentes, como que viene asociado a otro, pero al que se lo mantiene en secreto: se trata del concepto de fragmentación. Y acá vale la pena de distraer algunos renglones tratando de determinar que significa la palabra fragmento. Desde el punto de vista aritmético -del álgebra para ser más preciso- cuando se habla de fracción se lo está haciendo para referirse a un número racional no entero y, si se lo quiere leer desde la perspectiva de la metalurgia, se está haciendo referencia al objeto -físico- que ha sido sometido a un esfuerzo superior al correspondiente para su coeficiente de resistencia a la fractura. De todo lo cual se puede leer que a `nuestra' América (5), en los intentos globalizadores que se han pergeñado en otros contextos -con la complicidad de los gobiernos gendarmes de los intereses de aquéllos que han dibujado tal garabato- se la está haciendo perder su entereza debido a que se le está exigiendo una tensión mayor a las posibilidades de soportar las mismas de que están dotados sus habitantes.

Para abonar lo anteriormente dicho, solamente recurriré a unos datos de las estadísticas (6) sobre la situación económica en nuestra América. Durante 1997 la inversión extranjera en América Latina alcanzó la cifra récord de 45 mil millones de dólares, algo más de 10 mil millones de lo que fuera invertido el año anterior. Asimismo el Producto Bruto Interno subió 1.8 puntos con respecto a 1996, es decir, pasó del 3.3% al 5.1% del PBI, tomando como bloque al subcontinente latinoamericano. Pero también en los números macroeconómicos hay que señalar que la desocupación -o paro- creció desde el inicio de la década en un 3.3%, alcanzando niveles promedio del 8% para la región y picos del 18%, como es para el caso argentino durante el año 1996 y hasta principios de 1998. Asimismo, en el período que va desde el inicio de la década de los '90, ha aumentado en 30 millones el número de personas que viven bajo la línea de la pobreza extrema, sumando en la actualidad algo más de 220 millones de habitantes que sobreviven en las peores condiciones imaginables. Se podría seguir con infinidad de cifras más acerca de indicadores económicos y financieros, pero se volverían redundantes y hasta escamoteadores de la realidad, como siempre ha ocurrido cuando se los ha utilizado con propósitos espurios, como es el del diletantismo expositivo.

2-ACERCA DEL IMAGINARIO QUE TRANSITA LA IDENTIDAD SOCIAL Y CULTURAL:

El imaginario de la identidad nacional, o de la identidad social-política, es una parte constitutiva de toda sociedad y de toda cultura. Si no se tiene en consideración la aprehensión del imaginario que transita los caminos de cualquiera sea la identidad que se aborde (nacional, social, política, étnica, lingüística, etc.), esta quedará -de alguna manera- mutilada, ya que la dimensión de lo imaginario conduce al conocimiento de la subjetividad y de lo inconsciente. W. Hegel (1984) hace una bella descripción -lindante con lo poético- de lo que es el imaginario (pág. 154) y desde ésa lectura es posible entenderlo como el conjunto de representaciones y referentes a partir de los cuales una sociedad o una cultura alcanza a percibirse, a pensarse, a sentirse e, incluso, a soñarse. De esta manera dicha sociedad o cultura es capaz de construir una imagen de si misma a partir de lo cual dicha imagen podrá ser coherente o incoherente y, cualquiera sea la posibilidad que adopte, tendrá posibilidades de funcionar. Para esto el estudio de los mitos y las leyendas populares puede ser un útil ayudante para el investigador que le interese recorrer tales senderos.

Sería posible pensar que en "nuestra" América es más difícil alcanzar una identidad nacional a partir de la ausencia de mitos arcaicos -tanto de contenidos religiosos, como no religiosos- acerca de las epopeyas de fundación. En Europa cada pueblo tiene hasta una mitología particular. En América Latina dichas mitologías fueron apagadas o borradas con la sangre de los nativos. Freud (1939) sostiene que es absolutamente normal y necesario que los pueblos tengan estos orígenes de creencias comunes para dar lugar al sentimiento de nacionalidad.

La identidad social, o la nacional, puede ser descripta por cualquier colectivo de personas a partir de la respuesta que se ofrezca a los interrogantes de ¿Quiénes somos? y ¿Qué deseamos?. La primera pregunta pareciera tener una respuesta obvia, mientras que la segunda puede aparecer como tomada de los pelos. Pero no es tan así. La respuesta a qué es lo que se desea como colectivo, sociedad o cultura, será un indicador válido para conocer los propósitos de futuro y de presente de aquellas. En el deseo está impresa la falta y lo que se siente como perdido es lo que se pretende alcanzar. Pero en este tema -nuevamente- entra a poner su incordio el viejo K. Marx con el argumento de la falsa conciencia. Si el inconsciente marca como faltante aquello que no se corresponde con la realidad objetiva de los protagonistas, entonces se estará ante la presencia de una falsa conciencia de clase -como expresión inconsciente- en cuanto a identidad social y política.

Sin embargo, es preciso -al hablar de identidad nacional o social- comprender que este no es un concepto estático, que se presenta como en estado de congelamiento, sino que -por el contrario- es un concepto altamente dinámico y cambiante. Para quienes prefieren ubicarse en una posición estática, esto puede ser descripto algo así como que la identidad nacional de un pueblo se testimonia de una manera, siempre fue de ese modo y está condenada a tener el mismo dibujo de identidad para sus pobladores. Normalmente, desde posiciones pretendidamente nacionalistas, chauvinistas y folklóricas, no se tiene en consideración que el concepto va adoptando y adaptando perfiles diferentes, según sea el momento histórico que le toca transcurrir por el imaginario social de los pueblos que lo portan. En todo caso, la identidad nacional de los pueblos iberoamericanos, desde el período en que Iberoamérica estaba habitada por aborígenes hasta la actualidad, solamente tiene como constante una continuidad geográfica, la que vio la luz durante el Siglo XIX. A partir de que se puso en marcha la gran corriente inmigratoria, proveniente de Europa hacia nuestras costas, hecho que ocurrió desde finales de aquél siglo y hasta aproximadamente 1930, la identidad de nuestros pueblos fue modificándose. Ese movimiento migratorio fue cambiando la identidad -nacional, social y cultural- de cada uno de los pueblos integrados en una Nación/Estado; de tal suerte fue aquel fenómeno, que se ha ido constituyendo una identidad nacional diferente a la existente en la época precolombina y, en estos momentos en que los aluviones inmigratorios se producen dentro del espacio geográfico de toda América -en especial entre países limítrofes-, entonces es posible hablar de una suerte de "latinoamericanización" de nuestros pueblos. Cosa esta que fundamentalmente está afectando -por ejemplo- a los Estados Unidos de Norteamérica, merced a la "invasión" de hispanohablantes que llegan del resto del continente.

En este lugar no puede dejar de recordarse que América Latina no es un mosaico de culturas ibéricas e indígenas, también en ella han participado activamente las culturas africanas -Brasil, Cuba, Haití, etc.- las europeas centrales y orientales y, en la actualidad, las corrientes inmigraciones asiáticas que están dejando marcada su impronta.

Obvio es que todos estos episodios de características migratorias-inmigratorias conllevan en su seno la modificación de las pautas de cualquier metodología con que se pretenda estudiar la identidad de tales pueblos.

Por todo esto es que resulta un ex-abrupto pretender hablar de una identidad argentina, o colombiana, o lo que fuese. No existe una conjunción clara que tipifique a los habitantes de un país, en todo caso se podrán encontrar distribuciones estadísticas y alguna idiosincrasia particular hacia determinados temas o valores muy puntuales para su análisis. Todo esto se ve avalado tanto desde la físico-química -por la teoría de la falta de certidumbres o del caos (Prigogine, 1997)-, como desde la propia filosofía (Balandier -entre otros muchos-, 1996) respectivamente.

Tanto Latinoamérica, como los países que la componen no son una estructura de color uniforme. "Nuestra" América está dividida, pero no en dos partes o en tres, está dividida en múltiples partes. Intentar unificar criterios de identidad nacional o social es un absurdo intelectual que no respeta en lo más mínimo a la realidad que transitamos. Nuestras culturas se encuentran fraccionadas por diferencias lingüísticas que no solamente hacen a los diferentes idiomas aborígenes que por ella se hablan, sino que también están referidas -y principalmente- al sentido connotativo que tienen las palabras, los referentes sociales, para los actores que transitan por los diversos espacios culturales en que nos movemos.

Pero la división no solamente es histórica, también es actual, de la política contemporánea. La mal llamada guerra sucia -que tuvo lugar durante la década de 1970 en Argentina, Chile, Brasil, Uruguay y la mayor parte de los países centroamericanos y del Caribe- marcó un hito insoslayable para separar a los habitantes de nuestros pueblos. Por un lado una inmensa mayoría que clama por justicia ante los episodios genocidas que se vivieron, mientras que del otro lado hay una minoría que pretende ponerle punto final a los hechos calificados -por ellos mismos o por sus mandados- como de obediencia debida. El centenar de miles de muertos que recuerda la historia reciente de la represión, durante los años '70 y '80, en toda la América ibérica, están reclamando una respuesta. Y esa respuesta separa las aguas de los que pretenden una reivindicación histórica con el juicio y castigo a los culpables del genocidio y la tortura, frente a aquellos otros que quieren que los atropellos que cometieron sean considerados como actos heroicos y que se ignoren sus consecuencias catastróficas. El imaginario colectivo de América Latina está fracturado al menos -en este tema- en dos partes claramente diferenciadas.

También se encuentra fracturado en muchas más partes entre aquellos que disponen de la riqueza y aquellos otros que comen las sobras de la riqueza construida sobre la explotación de ellos mismos. Esto es insoslayable, no puede existir bajo tales condiciones de contradicciones insuperables -en las condiciones actuales de desmovilización de las clases obreras- una identidad nacional, social o cultural en "nuestra" América. Quizás existan episodios que unan a los habitantes de un mismo espacio territorial, como es cuando juegan dos equipos de fútbol que dicen representar a distintos lugares o países. Entonces es como que aflorara la necesidad de identificarse unos con otros a través de un grito de gol representado por una camiseta de fútbol pero que, como en el caso argentino, en 1978, vino acompañado de la consigna oficial de los argentinos somos derechos y humanos. La que paradójicamente se expresaba en momentos en que el país era bañado por la sangre de los mártires en la lucha contra los invasores del Poder, como por víctimas inocentes del genocidio impuesto desde un pretendido Estado de Derecho, el cual se instaló en el Poder por la razón de la fuerza y en desmedro de la fuerza de la razón, que es la que se corresponde con un quehacer político democrático.

Por último, en esto del imaginario social que transita la identidad nacional, no deben olvidarse los afanes egoístas con que algunos manejan tal conceptualización, para el caso de quienes se manejan en la alta economía y en las finanzas. Valga el ejemplo del propietario de una gran fábrica de caramelos argentina -Arcor- que cree que la identidad nacional se recuperará el día que se exporten más caramelos -obvio que de su marca- al exterior (Brea, 1998). Sin dudas que el imaginario de la nacionalidad pasa también por lo económico y financiero, pero no exportando caramelos ni armamentos, sino manteniendo y recuperando la independencia económica de nuestros pueblos, los cuales están viendo perder su patrimonio soberano sobre los recursos estratégicos que hacen a la defensa y soberanía nacional. Un ejemplo paradigmático al respecto, es el argentino, que en lo que va de la década de los '90 ha visto como el gobierno menemista ha entregado y malvendido -en operaciones muchas de ellas dolosas- el patrimonio que muchos años de esfuerzos le costó al pueblo hacer suyos. Valgan como ejemplos de lo que vengo señalando la denacionalización de la línea aérea de bandera, la telefonía, el petróleo, la distribución de gas y electricidad y hasta las plantas nucleares, entre otras muchas otras empresas que hoy son de propiedad extranjera. Y esto mismo se está repitiendo por todo el subcontinente.

3-UN SINTOMA LATINOAMERICANO: LA INDOLENCIA APRENDIDA:

Hasta hace unos años atrás, no más de veinte, era común oír decir -y aún se oye por estas tierras- que los pueblos hispanoamericanos vivían -y viven- bajo el síntoma de la indolencia (Martín-Baró, 1987), el cual no era otra cosa que una estrategia de penetración que se había dibujado desde las grandes metrópolis de entonces -siempre asociadas, de una u otra forma, a los intereses del viejo imperio Vaticano- para someter a nuestros pueblos; todo esto armado y sostenido bajo la creencia -inculcada por una penetración sutil y permanente de los instrumentos hegemónicos de los Estados títeres- de que nosotros mismos éramos indolentes. Tal calificativo permitía justificar plenamente nuestros índices de pobreza misérrima, rampantes con la indignidad, a la vez que facilitaba justificar la explotación de estos pueblos por parte de los sectores llamados "poderosos" -ya sean agrícolas, ganaderos, industriales o de servicios- que se habían puesto a las órdenes de los intereses foráneos, pero que gracias a dicha maniobra sacaban jugosas ganancias, merced al uso perverso de tal ardid engañoso (Galeano, 1975).

Vale repetir en este lugar un propósito que se testimonia en palabras... bellas palabras, pero que no son más que eso... solemnes palabras. Cuando finalizó la reunión cumbre sobre Seguridad Alimentaria, organizada por la FAO en Roma, en noviembre de 1996, se produjo el siguiente texto oficial de la misma: "Nosotros, jefes de Estado y de Gobierno, reunidos para la Cumbre mundial sobre alimentación, prometemos consagrar nuestras voluntades políticas y nuestras intenciones, comunes y nacionales, con el fin de obtener la seguridad alimentaria para todos y hacer un esfuerzo constante para eliminar el hambre en todos los países, con el objetivo inmediato de reducir a la mitad, para el 2015, la cantidad de personas actualmente subalimentadas". Si se analiza con un poco de atención y, con otro poco de suspicacia, se advertirá que dicho discurso está plagado de buenas intenciones... las mismas con que está alfombrado el camino del infierno. Pierdan cuidado Señores Jefes de Estado y de Gobierno, para el año 2015 ya estarán reducidas más de la mitad de las personas que hoy sufren hambre o subalimentación, pero no será gracias a vuestras buenas intenciones plasmadas en un papel, sino que simplemente será porque se habrán muerto... ¡de hambre!, lo que no es poco. Tampoco este problema se soluciona con discursos altisonantes, presentados con alta carga ideológica, como el expresado en dicha reunión por F. Castro cuando cargó las tintas sobre el capitalismo, el neoliberalismo, las leyes del mercado salvaje y la deuda externa, las que -según sus dichos- producen el fenómeno de la subalimentación, explícitamente no deseado en el discurso verborrágico alegre y fácil, aunque implícitamente poco se haga para solucionar el problema. Tampoco los contradiscursos ideológicos que se vertieron en dicha reunión sirven para mucho, son precisamente los que salieron de las bocas denunciadas por Castro y que -en buena manera- son las responsables de las calamidades por todos conocidas y reconocidas.

La solución no es sencilla, aunque tampoco es tan difícil como para no darse cuenta que pasa por el protagonismo de los pueblos en cuanto a elegir las formas de gobierno que mejor les convienen para solucionar de ésa manera el problema que los acucia: el hambre. Ya Bonalumi (1997) advirtió sobre las diferentes y diferenciadas lecturas que hay sobre el hecho en cuestión, cuando observa que las distintas posturas expresadas -en aquella reunión de la FAO- no llegaron a una confrontación ni a una síntesis, cada hablante dijo lo suyo y no escuchó a los demás (7), ya que se han expresado a través de la ética de la convicción y no por la ética de la responsabilidad (Weber, 1929); con lo cual las convicciones no se movilizan un ápice en función del discurso expresado por otro que se encuentre en una posición ideológica opuesta.

Más, en este punto se cae en un cuello de botella casi insalvable, cual es que son precisamente los responsables de los males sociales que nos agobian los que nos han arrastrado a esta situación, son los mismos que se ocuparon -con altísima eficacia- de restarnos tal protagonismo a través de lo que antes llamara el síntoma indolente.

El síntoma de la indolencia no se presenta aislado en las personas que lo padecen; según un estudio que realizamos hace menos de una década, el mismo es acompañado por los síntomas de la indefensión, el fatalismo, la impotencia, la obediencia/sumisión, el presentismo, la externalidad y la anomia; todos los que se asocian para provocar el llamado síndrome fatalista (Rodriguez Kauth, 1992, 1997), el cual aqueja psicológica y psicosocialmente a nuestros ciudadanos y habitantes de lo que se ha dado en llamar -de manera no muy precisa- la América Latina y que hoy se ha mezclado en ese contubernio conocido como mercados emergentes. Esto significa que somos económicamente pobres y, nada de lo que hagamos como individuos o colectivos podrá sacarnos de tal estado; hemos sido, somos y seguiremos siendo pobremente enfermos y los adelantos tecnológicos en medicina no son para nuestro pueblo (8); etc. En definitiva, estamos en las manos de poderes divinos que han dado patente de corso a quiénes dirigen nuestros destinos y, sobre los cuáles, ninguna influencia podemos ejercer, solamente nos queda nada más que obedecerlos ciegamente y a pies juntillas.

¿Qué tienen que ver estos síntomas y el síndrome fatalista con los Estados y la identidad nacional de las personas que habitan sus territorios?. Seguramente ya más de un lector se habrá hecho tal pregunta y a partir de ésta introducción intentaré responder a sus legítimos requerimientos.

4-IDENTIDAD NACIONAL, NACIONALISMOS Y DISCRIMINACION:

Al respecto -y para ir introduciéndonos al tema de la identidad nacional, desde una perspectiva política- debo advertir que algunos ideólogos del populismo ramplón pretenden hacer del uso -y abuso- del concepto de identidad nacional un instrumento de carácter abarcativo y totalizador. Es decir, se trataría de una identidad sola y única para todos los miembros de una comunidad nacional, hecho que los terminaría sumiendo -a todos- en el anonimato de la masificación.

En esta conceptualización de la identidad que vengo de resumir, se da por supuesta la necesidad de integrar un Estado jurídico legal con las bases del país real que lo habita, intento éste que aparece -en general- transitando por canales diferentes. Lo erróneo de todo esto es que -históricamente- no se conoce de la existencia de entidades nacionales (9) que hayan sido totalmente unitarias y unívocas en su concepción y tránsito por la pretendida "identidad nacional".

Las luchas de los intereses personales -poco atendidas por las ciencias humanas después que exitosamente lo hicieran J. Locke (1698), J. S. Mill (1963) y K. Marx (1852)- y las luchas de los intereses sectoriales de tipo económico -atendida por algunos analistas solamente desde el punto de vista de las luchas de clases- hacen que la identidad nacional que porten los distintos agentes sociales tenga -al menos- un objetivo diferente entre sí. Y esto se produce de este modo porque no se puede desconocer que la identidad nacional va de la mano acompañada por la identidad social, es decir, la identificación de clase -o de fracción de clase- de cada actor o sector social en particular dentro de un mismo espacio geográfico e histórico.

Al ser el objetivo diferente esto ocurre porque las bases ideológicas sobre las cuales se asientan han de tener que ser diferentes. Esto es obvio hasta para el menos conocedor del tema, los países fracturados -en al menos- dos sectores socioeconómicos contrapuestos, dónde aquellos que representan al 5% de la población absorben el 90% de la riqueza, no pueden caminar juntos la misma concepción de identidad nacional con la mayoría que solamente dispone del 10% de la riqueza. Necesariamente aquella identidad ha de ser opuesta y controvertida entre ambos sectores. No son las banderas nacionales las que identifican a los hombres (10), sino que son los intereses particulares y de clase los que lo hacen. Caso contrario véase a la evolucionada Europa en sus disputas intestinas por los acuerdos para llegar a integrar la tan ansiada (11) Comunidad Económica Europea.

El planteo que respecto al tema de la identidad hace el filósofo social argentino Carlos Cullen (1981) peca de ingenuidad -o de ideologismo ingenuo- al pretender la integración de los dos países que transitan paralelamente el mismo espacio territorial. Simplemente su propuesta es atender a determinados intereses ideológicos -los propuestos por él- para imponerles a los otros -los demás miembros del país jurídico- con lo cual, en definitiva, no hace mas que dar vuelta el mango de la sartén.

Para hablar de la identidad de un pueblo, de una Nación, de un Estado, o de cualquier configuración que represente a una multivariedad de individuos en un espacio real o imaginario, es preciso que primero los tratadistas se pongan de acuerdo acerca de a cual tipo de identidad van a estar haciendo referencia. Se puede tanto estar hablando de identidades nacionales (de naturaleza étnicas), religiosas, políticas, sociales (clasistas), deportivas, etc. Cualquiera de ellas tiene en la actualidad suficiente peso específico como para llegar a matar a otro individuo -del bando contrario o del propio bando- en su nombre (12), lo que se expresa en la actualidad bajo el título de fundamentalismo.

Los conflictos actuales -que se presentan a lo ancho y a lo largo del planeta- de tipo racial o interracial, no son otra cosa que conflictos políticos o clasistas; aunque pretenda escondérselos bajo la mascarada racista. Vale recordar que el racismo del Tercer Reich era una excusa sobre la que volaban los intereses de clase de sectores obreros que no habían sido satisfechos en sus demandas por los partidos de izquierda (Reich, 1933), como así también los intereses de los grandes grupos industriales y financieros alemanes de entonces. Lo mismo ocurre para con los conflictos de tipo religioso, como son los de los fundamentalismos islámicos en la actualidad. Para aceptar la certeza de estas afirmaciones véase, por ejemplo, el entrecruzamiento que se produce entre la actualidad de los países árabes, su relación con la riqueza petrolera y la consecuencia del estar presente el fundamentalismo no solamente como expresión religiosa, sino fundamentalmente como forma de vida. Los jóvenes árabes no tienen mayormente oportunidades de vida dentro de su sistema social acotado por la vergüenza de la miseria, la única oportunidad que encuentran es la de reivindicar una creencia religiosa que ha sido capaz de convencerlos de que con ella recuperarán la dignidad perdida merced a llevar adelante la matanza de infieles.

La identidad social y/o nacional es un fenómeno cultural que permite, a los individuos miembros de una sociedad o cultura, diferenciarse de los ajenos e identificarse con los propios, llevando de esta manera a la formación de una conciencia individual y social. Dicho esto del modo en que está expresado, es posible llegar a confundir el concepto de identidad con el tan temido de la discriminación y, en este temor, hay algo de razón en su expresión. Para producirse el proceso de identificación es preciso discriminar a los otros (Rodriguez Kauth, 1998) sin necesidad de transitar los peligrosos caminos en que peyorativamente se habla de discriminación como forma patológica de relacionarse -o, mejor dicho, no relacionarse- con los otros y hasta a agredirlos por las diferencias coyunturales que los separan. En este punto nada mejor que recordar la metáfora anarquista del Archipiélago, que dice: que al mismo no debe definírselo como un conjunto de islas separadas por el agua, sino que en todo caso son un conjunto de islas unidas por el líquido elemento (Rodriguez Kauth, 1997,b).

Hablar de identidades nacionales o culturales corre el riesgo de estar bastante cercano a la concepción autoritaria de los nacionalismos xenófobos. "El nacionalismo es la creencia en la primacía de una nación particular, real o construida" (Hall, 1993). En tanto que Camilo José Cela -Premio Nobel de Literatura en 1989- solía decir que "El nacionalismo es creer que el lugar donde uno ha nacido es el mejor del mundo"; mientras que "el patriotismo es creer que el lugar donde se ha nacido merece que le demos nuestro amor". Como se desprende de estas breves y azarosas definiciones, el peligro que enunciaba al principio del párrafo es certero. En nombre de la identidad nacional -próxima a ser agredida por algún grupo extranjero-, en la historia de la humanidad se han cometido las más bárbaras atrocidades. El Siglo XX, que parecía inaugurarse bajo la prédica del internacionalismo proletario, ha sido protagonista y testigo de lo que vengo afirmando. La exacerbación del sentimiento de identidad con una nacionalidad -o cultura- ha sido el instrumento que han utilizado los déspotas de derecha como de izquierda y hasta de los pretendidos centrismos. En la medida en que se depositan las lealtades individuales y grupales en una nacionalidad o cultura, se comienzan a percibir como enemigas de la misma a las otras naciones o culturas. Se trata de un proceso maniqueo donde todo lo mío es blanco y lo de los otros es negro, no existe lugar para el resto del espectro lumínico. De ahí a la discriminación por las diferencias entre los nacionales y los no nacionales existe un pequeño y sutil paso que no resulta difícil atravesar cuando los pueblos encuentran en tales discursos "nacionalistas" un lugar de donde tomarse para encontrar la ilusión de una identidad perdida y, en cuyo nombre, hay que empuñar las armas para su rescate.

A diferencia de otros episodios políticos y sociales o económicos, el nacionalismo surge como un capricho que se repite una y mil veces de una misma forma sin aprender de la experiencia de otros episodios similares.

5-IDENTIDAD NACIONAL Y CIUDADANIA:

Un tema que me preocupa particularmente -en lo que se refiere a la identidad social y nacional de la población- es el que hace a la ciudadanía. Existe una suerte de hipocresía institucional (Rodriguez Kauth, 1993) del ser ciudadano. El término ciudadano es un referente con un alto nivel de abstracción social y de intemporalidad. La noción de ciudadanía conlleva mezclar en una misma fuente a las diferencias de género, étnicas, religiosas, idiomáticas y, fundamentalmente, de clase social.

Téngase presente que el referente lingüístico ciudadano suele ser equívocamente utilizado, ya que jurídicamente hace referencia al individuo al que le asisten los derechos y obligaciones de aquél que es miembro de un Estado/Nación. Sin embargo, a poco de andar se puede observar que tal espacio político está -salvo en El Vaticano- compuesto tanto por ámbitos geográficos urbanísticos como rurales y, la palabra ciudadano etimológicamente hace lugar al "natural o habitante de una ciudad", aunque -por extensión errónea- se le adjudican las características legales de la ciudadanía (Ossorio, 1992). Cualquiera puede ser habitante de una ciudad sin necesidad de tener los atributos del "ciudadano" del país, como por ejemplo, los extranjeros que, en muchos Estados, tienen prohibido el voto o la posibilidad de ser presidentes de la Nación; derecho del que gozan aquellos que hayan nacido en tal Estado, aunque estén residiendo en otro.

Asimismo, no se puede dejar de observar que la tan esquiva ciudadanía se puede obtener de diferente formas: a) por nacimiento en el país de que se trate (13); b) por adopción o naturalización, la pueden obtener los extranjeros que llevan un determinado tiempo de residencia, aunque siempre le han de quedar vedados los accesos a determinadas actividades; c) por opción, es decir, la que efectúan los hijos de nativos nacidos en el extranjero; d) por matrimonio, cosa común en el derecho anglosajón, donde el cónyuge adquiere la nacionalidad del nativo del lugar de residencia; y e) la moderna doble ciudadanía o nacionalidad, que permite tener semejantes derechos en dos o más Estados soberanos, hecho que está ocurriendo al amparo de la Comunidad Europea, aunque todavía se mantenga restringido el derecho electoral y el de acceso a determinadas magistraturas locales.

Teóricamente -desde una perspectiva legal- se es ciudadano cuando se asumen obligaciones y se tienen derechos; esto no es más que una creencia (errónea) de que se tienen los derechos expresados en altisonantes proclamas constitucionales. El concepto de ciudadano es ambiguo y confuso, por no decir difuso. Para ilustrar tal afirmación recurriré a meros ejemplos que cualquiera puede reconocer en su historia personal o en la de algún vecino: a) El empleado de una oficina que se supone que tiene -como buen ciudadano- "el derecho a la libre expresión", pero que oculta o disimula sus convicciones políticas (raciales, musicales, deportivas o lo que a Ud. se le ocurra) frente al patrón, porque las suyas son contrarias a las de éste y -en consecuencia- teme represalias; b) El ciudadano que sabe de sus derechos a la propiedad privada, pero que sin embargo no se toma la molestia de denunciar un pequeño asalto o robo de que fue víctima, ya que conoce de la inutilidad de la policía para resolver esos menesteres; c) El ciudadano que queda despedido de su empleo, sabe que goza de derechos, pero no hay legislación que se las haga cumplir y que en caso de que la haya, deberá litigar con estudios jurídicos que lo destrozarán del mismo modo que perros de presa y, en consecuencia, prefiere rumiar en voz baja su desazón, pero no litigar; d) La muchacha que es violada pero que evita denunciarlo a la policía porque van a terminar violándola a ella nuevamente, o se la va a acusar de haber provocado al violador con su presencia femenina; e) También está el ciudadano que tiene que disfrazar sus impulsos sexuales no aceptados -homosexualidad- por la convención social para evitar ser discriminado; f) Las ciudadanas que tienen el derecho de hacer de su vida lo que les plazca, pero que tienen que aguantarse llevar en su vientre un hijo producto de una violación aberrante porque la moral marcada por la vigencia pacata de lo curialesco así la obliga; g) Y la que viven en la actualidad los jubilados argentinos -y que alcanza a los no ciudadanos- que también aportaron a las cajas de previsión social durante decenas de años, a sabiendas de que tenían derecho a cobrar una jubilación en consonancia con sus aportes, pero que hoy son bastardeados en sus derechos, aunque tienen que cumplir con las obligaciones que les marcó el Estado (14).

Todos estos -y muchos más- pueden ser considerados como casos de ambigüedad, a la hora de tener que definir la ciudadanía en términos de la identidad que porten aquellos que se consideren a sí mismos como ciudadanos o que se los pretenda definir como tales. El solo hecho de pertenecer a una ciudadanía legalmente estructurada no es razón suficiente como para operar en condición de facilitador de una identidad nacional y/o social.

6-IDENTIDAD, INMIGRACION Y AUTONOMIAS:

Al hablar de identidad nacional -en el marco de "nuestra" América- es imposible dejar de pensar que es lo que ocurrió durante los procesos de mezcla de nacionalidades entre los hijos de inmigrantes, los cuáles se casaban con miembros de otras comunidades nacionales y, simultáneamente, el lugar en el cual se deposita de identidad individual con alguno de los progenitores, por parte de la progenie. Posiblemente, el análisis del entrecruzamiento de estos ejemplos pueda ofrecer una matriz válida de las combinaciones infinitas que participan para la elaboración de una identidad nacional.

Quizás, la vertiente más auténtica de elaboración de la identidad nacional sea aquella que construye el propio actor del proceso, es decir, la que más arriba hemos definido como la ciudadanía por adopción. Es que en tal operatoria se pierden los matices de autoridad -lindante con lo autoritario- de portar una identidad nacional por el mero hecho de haber nacido en un territorio determinado. La identidad por adopción supone que quien ha hecho tal elección ha sido por convicción o por conveniencia. Si se trata del primer caso, se está frente a una "adopción" de identidad nacional genuina, es decir, que responde a lo que el lenguaje poético del escritor uruguayo Eduardo Galeano llamara sentipensamientos. Estos no son otra cosa que la síntesis dialéctica entre lo que la psicología clásica ha separado -de modo arbitrario-como "áreas" cognitivas y emocionales. Quien haya obrado de la manera expuesta inmediatamente más arriba, eligió una identidad nacional para tenerla como referente de su condición humana. En cambio, si se trata del caso de la adopción por conveniencia, entonces nos hallamos frente a lo que oportunamente definiera y ejemplificara como hipocresía (Rodriguez Kauth, 1993). En esta situación la pretendida identidad nacional sirve para satisfacer intereses -materiales o espirituales- que van más allá del interés por pertenecer a tal o cual comunidad nacional en tanto ésta es capaz de contener los afectos, pensamientos y acciones del actor social. Sobre esta forma oportunista de haber ingresado muchos inmigrantes a la América Latina, el autor de esta comunicación puede dar un ejemplo de su historia familiar que es más que elocuente. Mi abuela materna, que llegó a la Argentina al término de la primera Guerra Mundial, crió a sus hijos dentro del ámbito de la religión católica, apostólica y romana. Sin embargo, tuve la oportunidad de conocer su registro de inmigración al país y me encontré con la sorpresa de que figuraba como de religión "protestante". Sin dudas que la pobre mujer observó que en un lugar católico como la Argentina, era preferible dejar de lado su convicción -e identidad- religiosa para poder sobrevivir en un espacio dónde ni siquiera conocía el idioma y debía mantener tres hijos ella sola. Esto último no pretende ser una disculpa para con mi abuela materna, simplemente tiene la pretensión de ser un relato vívido acerca de como se produjeron los episodios de acomodamiento a las nuevas circunstancias por parte de los inmigrantes que vinieron a poblar estas tierras.

Algo semejante ocurre con la identidad social. Se suele llamar -peyorativamente- "desclasados" a aquellos que se identifican, con lo que se conoce como una falsa conciencia de clase, y que hacen su identificación social con los sectores dominantes de la sociedad, cuando su propia raigambre histórica -personal y familiar- está al lado de los sectores populares -y hasta marginales- de la sociedad en que se desenvuelven. En cambio no se utiliza la misma adjetivación peyorativa para quienes optan o adoptan una identidad social diferente a la heredada "en menos", es decir, para quienes teniendo una historia familiar -por ejemplo de origen oligárquico- se identifican con los sectores populares y luchan por las reivindicaciones de aquellos. Casos paradigmáticos en esto nos lo ofrece la historia reciente con los casos de Bakunin en la Europa Oriental y el Che Guevara y Fidel Castro en América Latina, al que se le deben agregar el de miles de intelectuales que militan en el campo popular para apoyar las demandas reivindicatorias y revolucionarias de aquél. Para el caso de los "desclasados" se está frente a lo que hemos definido bajo el nombre de los oportunistas; en tanto que para los segundos se estaría ante aquellos que han tenido en cuenta el sentido de la oportunidad, aún a costas de perder beneficios materiales y sociales.

Tal es el caso de las confesiones públicas de errores -como es el caso de saltos hacia atrás no oportunistas- de los cuales se puede ejemplificar en este momento con dos figuras que son del patrimonio de la literatura universal. André Gide marchó en dirección al comunismo durante la década de los años '20 y huyó del mismo horrorizado por el stalinismo durante los años '30. Otro tanto ocurrió con J. P. Sartre, quién renuncia a una carrera política meritoria dentro del Partido Comunista Francés. También en "nuestra" América tuvimos algunos ejemplos al respecto, voy a citar el del argentino José Ingenieros, quien en su momento -1902- se aleja del esclerosado Partido Socialista para adherir -en 1918- a la Internacional Comunista que, en esos momentos, aparecía desde Moscú como la gran panacea universal de la liberación social y nacional. A este ejemplo, puede sumarse el del mexicano Felipe Carrillo Puerto, primer gobernador socialista de América, en el sureño Estado de Yucatán, el cual hace el mismo giro político de Ingenieros, aunque sus esfuerzos fueron vanos ya que fue asesinado -fusilado- por una sublevación militar en 1924. Otro caso destacable es el del guatemalteco Juan José Arévalo, quién desde su exilio en la Argentina -donde trabajó en la década del '40 en nuestra por entonces Universidad Nacional de Cuyo y dónde sembró su paso de enseñanzas independentistas- regresado a su país encabeza un gobierno que se opone a las pretensiones hegemónicas de los Estados Unidos de Norteamérica, sobre todo en el mercado bananero, para terminar también siendo asesinado por los gendarmes locales del imperialismo, en 1951, bajo las balas del futuro dictador Carlos Castillo Armas.

En los casos de Gide y Sartre, el compromiso contraído consigo mismo -con su propio Yo- y que para ellos significaban la Verdad, hicieron que ambos protagonistas renunciaran al compromiso público que habían asumido con el Partido Comunista. En ninguno de estos casos, así como también está plagada la historia de otros muchos, aunque menos resonantes que los que he traído para ejemplificar, se trata de una confesión egoísta acerca de los errores cometidos en el pasado. Mas bien, y siguiendo la tipología de Durkheim (1948) podemos considerarlas confesiones altruistas, se abjura de un pasado en función de que este no cumple con las pretensiones de Verdad por las que transita el protagonista. De estos casos se pueden extraer variados ejemplos de la historia del pasado, de la historia en que aún estaban vigentes las ideologías y en que todavía no se había sancionado el fin de las utopías. Evidentemente que tratar de traer algún ejemplo concreto de nuestra realidad actual resultaría muy difícil, tan difícil -creo- que ni siquiera me tomaré el trabajo de intentarlo. Pueden ocurrir en personajes anónimos, pero no en aquellos que están en la marquesina de la publicidad y la propaganda sirviendo a la parafernalia del consumo y del Nuevo Orden Internacional. En estos el fin justifica los medios como única premisa de orden moral y como axioma de vida. En definitiva, pueden identificarse social -y hasta nacionalmente- con cualquiera, con cualquiera que le ofrezca buenos dividendos económicos o políticos a sus pretensiones siempre ambiciosas y nunca totalmente satisfechas para sus pretensiones.

Mucho del revival nacionalista que está viviendo el fin del siglo, bajo la forma de regionalismos o procesos pretendidamente independentistas de autonomías regionales, tienen este último color que acabo de pintar.

P. Waldmann (1993) al inicio de su artículo señala que los procesos regionalistas e independentistas aparecen en Europa (y el resto del mundo) después de 15 años de finalizada la Guerra, es decir, cuando se lavó la sangre derramada en los campos de batalla. Incluso estos movimientos toman el lenguaje de los movimientos de liberación africanos y latinoamericanos. Asimismo señala que "... llamó la atención que los movimientos regionalistas estuvieran en conexión temporal con un impulso de industrialización y modernización. Para algunos (vascos, por ejemplo, esto venía del siglo pasado), pero para las zonas periféricas europeas sólo fueron incorporadas al término de la Segunda Gran Guerra. Sus consecuencias fueron la disolución de vínculos sociales tradicionales, una elevada movilidad horizontal, una progresiva urbanización de la región, creciente secularización y la modificación del estilo de vida de la población".

Lo que no debe confundirse es a los movimientos separatistas actuales, que representan una suerte de balcanización de los Estados soberanos, con los movimientos de liberación nacional y popular que transitaron victoriosos por la América hispánica, Africa y Asia durante los años '60 y '70 y que lograron -en algunos casos- la independencia de sus patrones colonizadores.

Es de sospechar que una de las causas de estos intentos independentistas pueda encontrarse en el discurso anarcocapitalista que postula de manera tremendista la desaparición del Estado. Antiguamente se tenía menos conciencia de la dependencia del Estado Central y éste no era presentado como un enemigo por el solo hecho de ser Estado. Hoy aparece el Estado como un enemigo en la medida en que sus límites están lejos del alcance de sentido para el pueblo. Por eso, los que luchan por las autonomías, creen que hay que atomizar y fraccionar al Estado en mil pedazos, porque de ésa manera alguna de las partes va a estar tan cercana a los protagonistas, que prácticamente va a terminar siendo igual a ellos. Lo cual es un disparate político, al Estado hay que limitarlo en sus potestades, hay que retirarle el poderío que mantiene con los aparatos hegemónicos e ideológicos con que amansa y domina a los pueblos. Porque la verdadera y única identidad que puede existir como forma "sana" de expresarse, es la que se ofrece bajo la forma de la identidad en la lucha por alcanzar los anhelados objetivos de la clase social de pertenencia.

BIBLIOGRAFIA:

ARBESUN RODRIGUEZ, R. y MARTIN FERNANDEZ, C.: Psicología Política: Identidad y emigración. Ed. Graffiti, Montevideo, 1995.

BALANDIER, G.: (1988) El Desorden. Gedisa Editorial, Barcelona, 1996.

BONALUMI, G.: "Las paradojas del hambre en el mundo". Revista Archivos del Presente, (Bs. Aires), Año 2, N° 8, 1997.

BREA, L.: "Entrevista a Luis Pagani". Suplemento Económico de La Nación, Bs. Aires, 25/1/1998.

CONSTANTINO TOTO, M. C.: "Tensiones de fin de siglo: ciudadanía y multiculturalidad". Rev. Ecuador Debate (Quito), N° 42, 1997.

CULLEN, C.: La Crisis de la Cultura. Ed. Univ. Nac. de Santiago del Estero, 1981.

FREUD, S.: (1939) Moisés y la Religión Monoteísta. Ed. Amorrortu, Bs. Aires, 1989.

jueves, 2 de junio de 2011

The Vampire Effect


in recent days we have noticed that we seem not able to do the things we have always wanted to do, we notice that we seem like we all live in the capital city life is fast and polution is high, even if we love it or not we contstantly find our life being a huge routine, where its a huge cycle of events that just dont seem to end. recently i read from a well known author who stated that even the president of the biggest multinational company and most hard working man has only 24 hours a day not a split second more nor less. anywas this blog is not at all dedicated to time managment it is something totaly different where i see it as a burden to people in todays life but some just dont seem to see it as we are all in out little boxes trying to find out about our next move.

recently i have been having very interesting conflicts with my Room mate, but this got me to sit down and think what could be her problem and i had one solution!! ENERGY VAMPIRES!! have you noticed how Some people bring unexpected lightness and comfort to your life. They crackle with energy, practically electrify you with their presence. And then there are those who leave you feeling stressed out. Or guilty. Or exhausted down to your very last molecule.

I call them energy vampires (please note that the term blood vampire has also been used to refere to redundant electrical apliances that drain and waste energy), and obnoxious or meek, they come in all forms. The sob sister, for one, always considers herself the victim. The world is always against her, and she'll recount every horrible thing that has happened to her, wallowing in every perceived slight.

reader i know that im pretty dramatic about the way i react to people and life in general but wait wait waiiiiiiiit !!!! These people Exist you dont have to be a Rocket Scientist to spot them!! They live among us.
In human form.

To the untrained eye, it is almost impossible to tell the difference.
Typically they look like you and I.
But they're not. i sometimes think they are what we call aliens (you know from the Men in Black movies!!
Even though they try to look like us, They're not like us at all.

They are Vampires and their modus operandi is not to steal your blood but rather, your precious energy.
Your life-force.
Your mojo.
and slowly yout liife and your happiness you see yourself contantly worrying or feeling uncomfortable of previously enjoyed situations! as their main objective is only to drain you emotionally and psychologically.
to frustrate you with their repetitious, self-indulgent, attention-seeking diatribe.

They are often bitter, angry and resentful.... and they want you to share their pain.
They don't want solutions, they want pity.
They don't want constructive feedback, they want attention.
They don't want to take responsibility, they want to blame and vent.
They seem to revel in their own misery.
Day in, day out.
They have the same conversations about the same issues with the same people and produce the same result; no change.

They major on minors.
They bring others down.
They have a gift for finding the negative and if they dont find it they will make it.

They are emotionally exhausting to be around.

They inhabit our work places, our families, our schools and they permeate every corner of society and unfortunately im living with one and im praying for devine intervention.

Note: I will point out that Energy Vampires are not to be confused with the vast majority of people who simply need help, support, direction and care... and are serious about working on themselves and their situation. They are also not to be confused with people who are genuinely looking for answers (not attention or sympathy) and are prepared to accept responsibility, be accountable and be proactive.

No, the people I'm talking about here are relentless in their negativity and their 'woe-is-me' ness (a Craigism).

As most of you know me, I love helping people in what ever way that i can and help them create their best life and I choose to spend much of my life working with a wide range of people to help them confront and deal with their issues even though some times mine are more than theirs i will always be there to help and create their own version of amazing... but I'm not about letting people monopolise (or waste) my time and energy and I won't buy into their crap attitude or their negativity. I don't care how messed up someone's life or situation is, if they have a good attitude, I'll help them.
Gladly.

No matter which type of energy vampire you're dealing with, you're allowed to walk away. Many of us find this really hard to do jaja especially myself im always the guy who ends up buying something i dont want from a shop cause i cant say no to the seller because, we're afraid of being thought of as impolite; we don't want to offend people. But there are plenty of ways to remove yourself from a killing conversation. When leaving isn't an option, you can still maintain your energy level by making a few minor adjustments. Negative People

in my case i am not educated and well equipped to tell you how to deal with energy vampires but you should rebuke vampires once you IDENTIFY THEM!!! y Listooo! do not waste time being nice tell them they need help or in my case insist on transparency once you talk of something consider it closed and move on! look for other results not deal with the same topic!

lunes, 6 de diciembre de 2010

my life lessons in 10 days


if you are a believer you would by now have learnt that from the whole art of creation, the one thing God the creator granted to humanity with no condition was the gift of free will, this means that man as a unique creation has the ability to chose between wrong and right good and bad light and dark, and has the ability to love and be loved. As a result man has also been given the ability to handle certain pains in his life.

but it is very evident that man has always failed in that area that he has been granted full dominion and authority, but i can say from searching around and recent experiences it is safe to conclude that i have then learnt the following

I've learned that you cannot make someone love you. All you can do is be someone who can be loved. The rest is up to them. this sounds so easily said but mostly hard to practice, because when one gives up their heart and expects love in return anything less than anticipated could be heart breaking and certainly de-motivating :(

I've learned that no matter how much I care, some people just don't care back and there is nothing you can do to get their care back until they are ready to care, this could take days months years or could just never happen

I've learned that it takes months or years to build up trust, and only seconds to destroy it. this particularly hurts as all great memories and moments are all forgotten in a single act

I've learned that it's not what you have in your life, but who you have in your life that counts.

I've learned that you can get by on charm for about 15 minutes. After that, you'd better know something.

I've learned that you shouldn't compare yourself to the best others can do, but to the best you can do, and if someone doesnt love you for it, then they are not worth your time and no matter how much its gonna hurt letting them go its better to feel the once in a life pain than everyday pain.

I've learned that it's not what happens to people that's important. It's what they do about it.

I've learned that no matter how thin you slice it, there are always two sides.

I've learned that it's taking me a long time to become the person I want to be. but may take internity for the person i wanna be with to realize who i really am.

I've learned that it's a lot easier to react than it is to think.

I've learned that you should always leave loved ones with loving words. It may be the last time you see them. cause just like a coin it can flip on you, they could die, in the case of my mother, or things could just change

I've learned that you can keep going long after you think you can't.

i've learnt that its not about how you fall but, how long it takes you to get up, and with some really good friends (Lauren) it might take you less time to get up than it took you to hit the ground (i love you Lauren)

I've learned that we are responsible for what we do, no matter how we feel. so a heart break is mostly a result of our decisions and the heart break its self is a big decision that we make.

I've learned that either you control your attitude or it controls you. but trust me if it controls you then my friend you are in trouble.

I've learned that regardless of how hot and steamy a relationship is at first, the passion fades and there had better be something else to take its place. (Amen to that!)

I've learned that heroes are the people who do what has to be done when it needs to be done, regardless of the consequences, and that heroes are those who are never honored as their actions are not seen and recognized for their ability to detect and solution a problem before anyone.

I've learned that learning to forgive takes practice. but forgetting takes a lifetime

I've learned that there are people who love you dearly, but just don't know how to show it.

I've learned that money is a lousy way of keeping score.

I've learned that my best friend and I can do anything or nothing and have the best time.

I've learned that sometimes the people you expect to kick you when you're down will be the ones to help you get back up.

I've learned that I'm getting more and more like my grandma, and I'm kinda happy about it.

I've learned that sometimes when I'm angry I have the right to be angry, but that doesn't give me the right to be cruel.

I've learned that true friendship continues to grow, even over the longest distance. Same goes for true love.

I've learned that just because someone doesn't love you the way you want them to doesn't mean they don't love you with all they have.

I've learned that maturity has more to do with what types of experiences you've had and what you've learned from them and less to do with how many birthdays you've celebrated.

I've learned that you should never tell a child her dreams are unlikely or outlandish. Few things are more humiliating, and what a tragedy it would be if she believed it

I've learned that your family won't always be there for you. It may seem funny, but people you aren't related to can take care of you and love you and teach you to trust people again. Families aren't biological.

I've learned that no matter how good a friend someone is, they're going to hurt you every once in a while and you must forgive them for that.

I've learned that it isn't always enough to be forgiven by others. Sometimes you have to learn to forgive yourself.

I've learned that no matter how bad your heart is broken the world doesn't stop for your grief.

I've learned that our background and circumstances may have influenced who we are, but we are responsible for who we become.

I've learned that sometimes when my friends fight, I'm forced to choose sides even when I don't want to.

I've learned that just because two people argue, it doesn't mean they don't love each other. And just because they don't argue, it doesn't mean they do.

I've learned that sometimes you have to put the individual ahead of their actions.

I've learned that we don't have to change friends if we understand that friends change.

I've learned that if you don't want to forget something, stick it in your underwear drawer.

I've learned that you shouldn't be so eager to find out a secret. It could change your life forever.

I've learned that the clothes I like best are the ones with the most holes in them.

I've learned that two people can look at the exact same thing and see something totally different.

I've learned that no matter how you try to protect your children, they will eventually get hurt and you will hurt in the process.

I've learned that there are many ways of falling and staying in love.

I've learned that no matter the consequences, those who are honest with themselves, get farther in life.

I've learned that many things can be powered by the mind, the trick is self-control.

I've learned that no matter how many friends you have, if you are their pillar, you will feel lonely and lost at the times you need them most.

I've learned that your life can be changed in a matter of hours by people who don't even know you.

I've learned that even when you think you have no more to give, when a friend cries out to you, you will find the strength to help.

I've learned that writing, as well as talking, can ease emotional pains.

I've learned that the paradigm we live in is not all that is offered to us.

I've learned that credentials on the wall do not make you a decent human being.

I've learned that the people you care most about in life are taken from you too soon.

I've learned that although the word "love" can have many different meaning, it loses value when overly used.

I've learned that it's hard to determine where to draw the line between being nice and not hurting people's feelings and standing up for what you believe.

I've learnt that loving someone is the ability to sit with someone for an hour in Parque Sarmiento or on a street corner and not say anything but get up walk away and feel as if you have had the greatest conversation of your life

I've learnt that i am still in love with you.

in conclusion loving is one thing that you can never say that you know, and there are no experts to heartbreaks and no masters of seduction, one does not fall in love as falling usually is associated with getting hurt in the long run, love is not a feeling that one discovers but its an atmosphere that one creates due to what the expect to achieve and get in return and on the backside, one grows in love just as everything that makes reference to growth boasts a good foundation.

remember “If you really love something set it free. If it comes back it’s yours, if not it wasn’t meant to be.”

Estaciones




hola chicos con los que hicimos del árbol el Sábado los dejo una
historia interesante sobre los estaciones, nada que ver pero capas que
los sirve en la vida :) gracias Ana por la ayuda en la traducción...

Había una vez un hombre que tenía cuatro hijos. El quería que sus hijos
aprendieran a no juzgar las cosas demasiado pronto. Así que les envió a
cada cual, uno por uno, a contemplar un árbol de peras que estaba muy
lejos de allí. El primero de ellos fue en invierno, el segundo en
primavera, el tercero en verano y el más joven en otoño.


Cuando todos habían regresado, los llamo para reunirse y charlar sobre
lo que habían visto.
El primero de los hijos dijo que el árbol era feo y torcido, el segundo
dijo que el árbol estaba cubierto de verdes capullos a punto de
florecer. El tercero no estuvo de acuerdo, dijo que el árbol estaba
rodeado de montones de flores que olían dulcemente y que se veían tan
hermosas que fue lo mejor que había visto en toda su vida. El último de
los hijos discordaba con todos los anteriores. Dijo que el árbol estaba
maduro, rebosante de frutas y lleno de vida.


Entonces el hombre les explicó a sus hijos que todos ellos tenían razón,
ya que cada uno de ellos había visto el árbol solo en una estación del
año. Les dijo: No puedes juzgar a un árbol o a una persona si solo has
vivido con ella una estación. El placer, la alegría y el amor que
proviene de la vida solo puede ser medida al final de ésta, cuando todas
las estaciones hayan transcurrido. Si te das por vencido cuando es
invierno, te perderás lo prometedor de tu primavera, lo hermoso de tu
verano y plenitud de tu otoño.


La lección: No dejes que el dolor de una temporada destruya
la alegría del resto. Persevera a pesar de los momentos difíciles y los
buenos tiempos vendrán tarde o temprano.

viernes, 3 de diciembre de 2010

Seasons of Life


Once not so long ago in a city near yours, if you think of it not so many kilometers from your house, and maybe not so far as you might think, there was a man who had four sons. He wanted his sons to learn not to judge things too quickly. So he sent them each on a quest, in turn, to go and look at a pear tree that was a great distance away
The first son went in the winter, the second in the spring, the third in
summer, and the youngest son in the fall

When they had all gone and come back, he called them together to describe what they had seen. The first son said that the tree was ugly, bent, and twisted.

The second son said no it was covered with green buds and full of promise

The third son disagreed; he said it was laden with blossoms that smelled so
sweet and looked so beautiful, it was the most graceful thing he had ever seen

The last son disagreed with all of them; he said it was ripe and drooping
with fruit, full of life and fulfillment

The man then explained to his sons that they were all right, because they
had each seen but only one season in the tree’s life
He told them that you cannot judge a tree, or a person, by only one season,
and that the essence of who they are and the pleasure, joy, and love that come
from that life can only be measured at the end, when all the seasons are up.
If you give up when it’s winter, you will miss the promise of your spring,
the beauty of your summer, the fulfillment of your fall.

Moral lessons
Don’t let the pain of one season destroy the joy of all the rest
Persevere through the difficult patches and better times are sure to come some time or later.